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De: Lourdes Gómez <lougommar@gmail.com>
Título: Monroy: Territorio Ovni, mi primer artículo en una revista impresa especializada en misterio *
Fecha: Thu, 2 Feb 2012 18:11:57 +0100
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Estimados Amigos:

Os escribo para compartir con vosotros la profunda alegría que me embarga. Y es que hoy he visto cumplido uno de mis grandes sueños. Hace pocos días supe que la revista Más Allá iba a publicar un artículo mío sobre la mini oleada ovni vivida recientemente en la comarca extremeña de Cuatro Lugares. Para algunos ese texto pasará desapercibido. En realidad, para la mayor parte de la humanidad. Aunque muchos de los lectores que revisen esas páginas disfrutarán con la información y con los casos. Ya sea por su interés en la temática o por el cariño que me tienen. Pero gustaría explicaros por qué esas letras son la evidencia de algo mucho más profundo. Es en realidad, algo muy parecido a lo que Javier Sierra narra en el editorial de este último número*

No es ninguna novedad que siempre tuve muy clara mi vocación. Y tampoco que alucinaba con todo lo relacionado con enigmas y misterios. Pero no fue hasta la lectura de un libro muy concreto que no reparé en algo que me habían dicho en diversas ocasiones algunos colegas de aventuras: todo está relacionado. Ese libro se llama: Pasaporte a Magonia y fue escrito por el ufólogo Jacques Vallée. Con él me di cuenta de que el fenómeno ovni estaba relacionado con otras incógnitas de nuestro presente y nuestro pasado. Y gracias a esta obra, eso que "flota sobre el mundo", como diría Carlos Murciano, se convirtió en una prioridad para mí. Lo que antes simplemente me atraía, me hechizó hasta el punto de que comencé a tener verdadero afán por beber de las publicaciones antiguas sobre ovnis, de los programas de radio, de los artículos en revistas, y como no, de los grandes casos, sobre todo los que habían tenido lugar en parajes que conozco. A medida que adquiría bagaje en estas lides -aprendizaje que no ha hecho más que empezar- iba lamentando no haber vivido épocas activas en lo que a ufología se refiere. Era bonito ir a lugares donde sabía que habían ocurrido cosas para las que no existía explicación posible en la actualidad, pero a la vez era duro observar cómo no surgían nuevos casos que investigar en la península.

Aquello cambió hace unos meses.

Lo hizo el día en el que el controlador César Cabo anunció la aparición de ovnis en el rádar de tres aviones. Parece que fue el pistoletazo de salida para diversos casos en distintas comunidades autónomas. Viví el goteo de experiencias insólitas y el tratamiento en los medios con ilusión, con magia, con esperanza. Y más aún cuando escuché al reportero Carlos Largo comentar en Milenio 3 que se habían producido avistamientos en el pueblo cacereño de Monroy. A la mañana siguiente comencé a mover hilos y a preparar el viaje. Tenía que ir a Monroy. Tenía que vivir como aprendiz de periodista y reportera avistamientos recientes. Lo necesitaba. Necesitaba sentir que aquello era real. Añoraba ese vínculo entre lo aprendido y lo vivido. Y lo conseguí. Días más tarde atravesaba con mi coche la espesa niebla a la aventura. Era un día festivo, para no faltar a la universidad. Hacía muchísimo frío. Y mi prima Inma me acompañaba, compañera de andanzas a la que desde aquí le agradezco que pasara aquella jornada junto a mí.  Aquel día, aquel pueblo, aquellas gentes, me devolvieron la ilusión y me hicieron descubrir lo que ya considero un desconocido punto caliente ufológico en nuestra geografía. Los testigos con sus certeras palabras me ofrecieron argumentos de peso para ser consciente de que existen cosas que se nos escapan. Lo vivido aquel día se encuentra impreso en el nuevo número de Más Allá. Se trata de la primera investigación sobre casos recientes que realizo. Nunca podré olvidarla.

Y aunque estemos hablando de un reportaje, uno más de los muchos que pueblan las miles de páginas que conforman la crónica de lo ignoto en este país, yo lo considero un pedazo de mi ser que lleva impresa la esencia de aquello que me gustaría ser.

Gracias a este artículo me he sentido parte de las publicaciones y los profesionales que admiro. De aquellos con los que más identificada me he sentido en la vida.

Dentro de muy pocos meses termino la carrera. Seré Licenciada en Periodismo. Y desconozco lo que será de mi futuro y si podré dedicarme a lo que me apasiona. Por eso este texto, este sentirme parte de algo mucho más grande que anhelo, hace que sonría mi alma. Porque no se si alguna vez podré vivir algo parecido. Seguiré luchando por que así sea. Pero pase lo que pase, yo me siento la persona más afortunada del mundo, porque he podido narrar desde una tribuna que admiro una verdad ignorada. Una de tantas.

Sabed que lo aprendido y vivido en Monroy, el pulso acelerado, la carrera hacia la librería a por la revista, la primera lectura, el tener el ejemplar sobre mi regazo, el abrazo de mi familia y el cariño de todos los que saben cuan importante es esto para Lour, son el mejor premio.

Y lo que me hace continuar teniendo ganas de seguir adelante. Siempre hacia delante *

Muchas gracias a todos, porque de un modo u otro, mucho o poco, siento que ese artículo, también es vuestro.

Abrazos,

Lour

--
Lourdes Gómez*

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